La gestión de la diversidad cultural en la escuela

06.04.2011 20:35

 

 

Essomba, Miguel Ángel. Del L. (2008). 10 ideas clave. La gestión de la diversidad cultural en la escuela. La gestión de la diversidad cultural debe responder a los modelos coherentes con la realidad social (pp. 43-56). Barcelona: Grao

La atención y gestión a la diversidad viene originada por dar respuesta a nuevas situaciones, y por tanto a nuevas necesidades. El dar esta respuesta tiene dos causas principales:

-          Los cambios geográficos por parte de los flujos migratorios (que ya van de los distintos continentes a Europa), implican nuevas necesidades.

-          El principio de justicia social, donde se integra la igualdad de oportunidades, con la cual toda persona tiene los mismos derechos y deberes por el hecho de ser persona, independientemente de la diferencia cultural.

 

 

Los modelos de gestión de la diversidad, han de adaptarse y desarrollarse a partir de la realidad, del contexto en el que se desenvuelvan, no que las necesidades y el contexto se adapten a los modelos.  Por tanto, no todos los modelos son adecuados para todas las realidades, estos modelos son amplios y se basan en cuatro principios interconectados: 

-          Cada sociedad va acompañada de unos valores y cultura política concreta.

-          Cada población tiene más o menos grupos minoritarios, lo cual va a cambiar el modo de gestión a la diversidad.

-           Las minorías lingüísticas (ejemplo: el catalán) o culturales (ejemplo: los gitanos en toda Europa) en el territorio con anterioridad a la llegada. Y según haya sido su trato tanto político como jurídico, la gestión de atención a la diversidad, variará.

-          La distribución en los diferentes territorios por parte de personas que forman parte de minorías lingüísticas o culturales. Esto se refiere a los desplazamientos de las personas, que mayormente tienen causas económicas, y en los lugares en donde se establecen, en numerosas ocasiones se forman guetos, lo cual también es un factor a tener en cuenta a la hora de gestionar a la diversidad.

Los modelos que más debate y más desarrollo han tenido en nuestro contexto han sido el multiculturalismo y la interculturalidad. Otros modelos que han destacado: melting-pot, mestizaje, asimilación o la integración.

El multiculturalismo tiene su origen en la cultura anglosajona, más específicamente en Canadá, Australia y EE.UU; más tarde en Reino Unido y países escandinavos. Nace a partir de la marcada tradición liberal, donde cada ciudadano es una persona libre puede practicar su cultura sin limitar la libertad del resto de los ciudadanos; este nacimiento es posible también porque va acompañado de contextos sociales en donde destacan las minorías culturales, donde hay una variedad de etnias y culturas. Por consiguiente, el multiculturalismo tiene la intención de compensación de las desigualdades sociales, promovido por el principio de convivencia.

La interculturalidad es posterior al multiculturalismo, se diferencia de él, en que la interculturalidad nació en Francia y a partir del principio de igualdad. Surge en un contexto político del republicanismo francés; junto con ello, es un contexto igualmente de la llegada de ciudadanos de otros países, sobre todo de África. Según este modelo, la diversidad cultural tiene que ir enlazada del principio de igualdad social, en un proceso de empatía y abertura con los demás, esto es además de conocer, comprender e intercambiar. La interculturalidad florece en lugares en donde había una única cultura, y de manera repentina hay diversas culturas.

Concretamente, España es un país donde la población se ha formado prácticamente por poblaciones establecidas de tiempos lejanos, no por números flujos migratorios como en otros países anteriormente nombrados. Aunque ha habido recientemente, una gran masa de inmigración del sur al norte. Estas circunstancias sumadas a una anterior actitud de eliminación junto con la asimilación, hace que en España no sea posible el modelo de multiculturalismo de gestión a la diversidad. En España, destaca la visión de que el diferente, o se adapta a la cultura dominante o es marginado, habiendo una resistencia a la interacción de las diferentes culturas. Otra de las razones por las que en España no tiene lugar el multiculturalismo, es la inexistencia de guetos, más bien los flujos migratorios están repartidos por los diversos entornos sociales, que se debe por ser un hecho relativamente reciente. En España, es más aplicable el modelo de interculturalidad, que el de multiculturalismo, pues es más coherente gestionar a la diversidad desde el diálogo, comprensión e intercambio, que desde promover los derechos de los guetos, ya que apenas hay existencia de ellos en España.

Realmente, más que cerrarse en un modelo, es más coherente atender las necesidades y características reales de cada contexto, donde se respete la libertad, la igualdad de oportunidades, derechos y deberes de todas las personas, promovidas por los principios de tolerancia, justicia, libertad, solidaridad y equidad.