Superdotados al este de la campana de Gauss

Nuestro sistema educativo actual, desde una mirada crítica, destaca por su falta de renovación profesional, por su incompetencia, ineficacia, inflexibilidad, descontextualización, verticalidad, homogeneización del alumnado, inmadurez…. Centrándonos en la sobredotación intelectual, están presentes todos estos factores que hemos expuesto anteriormente, y además podemos subrayar que es bastante desfasado e inexperto en el tema. Quizás dentro de toda la diversidad existente, la sobredotación intelectual, es de los tipos de diversidad más “olvidados” y los que tienen menos “espacio” en nuestros centros… Esta falta de espacio, lo buscan en otras organizaciones no formales, debido a que en los centros educativos formales numerosas veces ni siquiera se identifican, y en el caso que sí sean identificados no se lleva a cabo un currículum donde la teoría esté constante modificada a partir de la práctica características de las personas y circunstancias, con esto nos referimos a que se sigue llevando la misma enseñanza para  todo el alumnado, aunque esté disimulada entre adaptaciones curriculares anclada en los papeles.

La educación de calidad, no ha de ser un privilegio sino un derecho de cualquier persona. El alumnado es diversidad, es un conjunto de personas cada una con sus características que han de ser comprendidas y atendidas, dando una respuesta educativa flexible y adecuada a sus necesidades. Entre toda esta diversidad, nos encontramos con la sobredotación intelectual, y que como toda persona han de tener una respuesta educativa adecuada dentro del sistema educativo formal.

En el documental observamos  distintas personas que han sufrido discriminación a lo largo de su etapa escolar: no se atienden a sus necesidades, no hay igualdad de oportunidades, no hay equidad, se les limitan sus capacidades tanto a ellas/os mismas/os como el posible enriquecimiento que podrían aportar a los demás compañeras/os (esto hace que no se desplieguen sus capacidades), no tienen buenas ofertas de estudios post-obligatorios ni de trabajo,… estas situaciones reales hacen que estas personas sientan un coherente rechazo, desconfianza y desinterés por la educación-enseñanza  formal. Igualmente, estas realidades dan lugar a que no sean reconocidos ni social ni intelectualmente.

Otro punto de vista que se observa en el documental, es el profesorado, con una clara inexperiencia y falta de conocimiento respecto a la sobredotación intelectual, dejando la responsabilidad, de la mala atención con estas personas, a la Administración. Creemos, que en parte tiene la “culpa” la Administración, ya que no proporciona suficientes recursos ni ofertas de formación de profesorado; por otro lado los centros no aprovechan los recursos que puedan tener para trabajar la diversidad (incluidos los superdotados), de decir, no tienen ni buena gestión ni buena adaptación; y por último, el profesorado, que no se implica ni indaga sobre la diversidad de su aula, además carecen de una formación continua, tampoco reivindican nuevos recursos para atender adecuadamente a la diversidad, y decir que hace falta más colaboración y cooperación con las familias y el resto de profesionales para una práctica educativa de más calidad y enriquecedora, en donde se atienda a toda la diversidad  según sus características e intereses.

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¿De qué y de quién estamos hablando?

06.04.2011 10:23

 

José Luis Bernal y Tatiana Gayán. Profesores de la Universidad de Zaragoza. Nº 409 Cuadernos de Pedagogía.

 

La percepción de la atención a las características personales del alumnado, ha ido progresando a lo largo de la historia de la educación, hoy en día el conjunto que conforma el alumnado se entiende como diversidad, realidad por fin aceptada. Dentro de esta diversidad, evidentemente nos encontramos con los alumnos con altas capacidades. Tres leyes destacables que hacen referencia al tema han sido y son: la LOGSE (1990), la LOCE (2002) y la LOE (2006). La primera de éstas, considera a las personas de estas características como alumnos con necesidades educativas especiales asociadas a condiciones personales de sobredotación intelectual; la segunda ley nombrada, reconoce a estos alumnos como superdotados intelectualmente; y la tercera, los designa como alumnos con altas capacidades. A partir de estas denominaciones, es inevitable plantearse el hecho de porqué es necesario etiquetar y marcar predeterminadamente a las personas que tienen características “poco comunes”. Estas etiquetas varían según países, por ejemplo en Europa, se denominan a las personas con estas características como superdotados o personas con talento; y en los países nórdicos, no los etiquetan, con el objetivo de no marcar ni clasificar a las personas y de atender verdaderamente sus necesidades.

Concretamente, nuestro sistema educativo ha ido progresando de manera tranquila aunque no falto de esfuerzos por conseguir una educación de adecuada a todos. Realmente, nuestro sistema educativo, se ha centrado sobre todo en la promover y normalizar la flexibilización en el marco educativo de los llamados superdotados. Paulatinamente, se van abriendo puertas a una educación inclusiva, donde todo el alumnado, tenga las características que tenga, sin ser enmarcado, tenga espacio en la escuela y goce del derecho de una educación de calidad, por el hecho de ser una persona. Para ello, creemos que lo primero es la aceptación y comprensión de cada persona tal y como es, es decir, tolerancia, que engloba a la aceptación, comprensión y respeto. A partir de ahí, habrá lugar y equidad para todas las personas de la escuela, y a partir de ahí se podrá hablar de una comunidad educativa promovida por cooperación, superación, compromiso, libertad, responsabilidad, etc.

Precisamente, el alumnado con altas capacidades, ha sido algo “olvidado” en el sistema educativo, ya que se ha solido atender “especialmente” al que destaca negativamente, tanto en dificultades de aprendizaje, tanto en el ámbito social, etc. Poco a poco, se han ido “escuchando” sus necesidades individuales, como toda la diversidad las tiene. Incluso, a las persona “sobredotadas”, se les han atendido como sujetos con dificultades de aprendizaje, sociales…, debido a que sus necesidades educativas han sido ignoradas y/o no han tenido una buena respuesta, causando un déficit motivacional importante, y consecuentemente problemas personales, desinterés académico, o dificultades de socialización. En muchos de los casos, estas personas han estado marcadas por tópicos como la “rara”,  la “marginada”, la que tiene problemas en clase, la “diferente” (sí, todos lo somos, pero tendemos al borreguísimo, y nos asombramos, etiquetando a la persona poco común), etc. Gracias al progreso del concepto de la educación y de la persona en sí, cada día estamos más cerca de que estas realidades no ocurran.

Decir tiene, que cada vez estamos más cerca de una escuela inclusiva, pero también decir que es todavía un gran reto. Mayoritariamente, vivimos entre el “ser yo más que”, entre modas (de todo tipo, no sólo estéticas) que si no las cumples eres poco común y eres “extraño”, vivimos también en un ambiente egoísta, intolerante ante las personas, entre superficialidad… (principios que estás lejísimos de los que se necesitan para lograr una escuela donde todos estemos incluidos). Simultáneamente, la Administración exige la superación por parte del alumnado de una serie de conocimientos académicos ya establecidos desde el exterior y desde arriba, basados en estereotipos, con se debería de entender descontextualizadamente, que todo el alumnado es igual y tiene las mismas necesidades, intereses, circunstancias…, todo ello conlleva a que el profesorado esté “agobiado” para que su alumnado supere esos contenidos académicos, de la forma más fácil, despreocupándose de otros contenidos que creemos básicos y de muchísima más relevancia desde nuestro punto de vista.  Esto se acompaña, de la falta de profesionalidad y compromiso (por tanto, falta de reivindicación y acción por su alumnado) de gran parte del profesorado.

Las actuales medidas de “inclusión” para la atención a las necesidades del alumnado con sobredotación intelectual, son medidas contradictorias, donde se vuelve a encasillar y a separar: otra enseñanza diferenciada, subir de etapa educativa o atención individualizada. Esta última medida, si pretendemos una escuela inclusiva, es la que tiene más coherencia con lo que aspiramos, siempre y cuando sea dentro del grupo y desde una perspectiva global de enriquecimiento propio y común. Para que las necesidades del alumnado tengan una respuesta acertada, para las capacidades se abran y se desarrollen con éxito, para el desarrollo pleno e íntegro de la persona y para que la educación-enseñanza-aprendizaje tuvieran significatividad, sería necesario moverse con metodologías innovadoras, realmente contextualizadas, creativas y flexibles.

La escuela expandida

16.03.2011 10:57

 

 

    Gran parte de los sistemas educativos están desfasados y descontextualizados. Se tienen muchas buenas intenciones que quedan plasmadas en la burocracia, que a la hora de la verdad no se suelen recordar. Se sigue teniendo en cuenta casi totalmente el conocimiento puramente académico, excluyendo otros campos, que consideramos primordiales, como son educación en valores, educación para el medio ambiente, resolución de problemas, educación para la vida, etc. Además, se aplica el mismo proceso de enseñanza y aprendizaje en todas las realidades, sin tener en cuenta las verdaderas necesidades. La mayoría del sistema educativo se sigue moviendo, camuflada e indirectamente, a partir de la homogeneidad, lo cual implica desigualdad de oportunidades, desinterés, desatención de las características individuales y una mayor competitividad.

    De manera complementaria y paralela, están naciendo alternativas innovadoras a la forma tradicional de enseñanza y educación, como es el caso de “La escuela expandida”. Estas alternativas rompen los esquemas de las formas de educación común, innovando el currículum a partir de la práctica,  con la intención de acercarse a la realidad  para que el proceso sea significativo y relevante.

    La escuela expandida, se mueve en base a que la enseñanza sea una acción activa donde interactúa y participa todo el colectivo que encuentra en el proceso (alumnado, profesorado, familias, personas del barrio…), promoviendo un esfuerzo tanto a nivel individual y común. Para conseguir que todo el personal se implique, esta práctica educativa, parte de los intereses verdaderos de la realidad en la cual se encuentra; también parte de lo que saben los participantes sin exigencias, dando lugar a un refuerzo personal, compromiso y motivación. Este refuerzo, además crece por los principios de colaboración, cooperación, solidaridad, tolerancia, complementación, diversidad… que se pueden apreciar claramente y por parte de todos en el documental. Estos aspectos pueden nacer y desarrollarse gracias que la educación horizontal y cercana, sin olvidar en ningún momento los principios citados, donde “nadie es más que nadie”, simplemente diferente, y esa diferencia les ayuda a mejorarse mutuamente, estando implícitos diversos ámbitos de la educación, no sólo el conocimiento académico, siendo más fructífero y enriquecedor para todos/as.

Como aspectos menos positivos, nos surgen algunas cuestiones: ¿habrá continuidad en el proyecto una vez que este grupo de profesionales no estén?, ¿habrá implicación de todos/as o sólo de los más extrovertidos/as?

    Estas “pequeñas grandes” y buenas prácticas socio-educativas, son aisladas, aunque cada vez se “escuchan” más, lo cual es algo muy positivo para el progreso de la educación, para que holísticamente sea una educación actual, que recoja y conforme un conjunto de elementos necesarios para la escuela, la vida, la profesión, las personas… Para el crecimiento de estas acciones, juegan un papel esencial el replanteamiento y renovación constante profesional y las nuevas generaciones de educadores/as, cuyo reto es transformar “paso a paso” y “grano a grano”, las formas de educación para que nazcan personas críticas, independientes, solidarias y tolerantes, fundamento para el cambio y justicia socio-cultural.

Encuesta

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